El enoturismo es una actividad en auge, cuestión que nadie duda, pero la cultura del vino no le resulta ajena a muchos pueblos vinicolas y mucho menos a Laguardia, de hecho es el apego al fruto de Baco lo que la ha convertido en visita inexcusable para todos aquellos deseosos de entrenar nariz y paladar en las catas que acogen habitualmente sus numerosas bodegas.
La tradición enológica que tiene esta ciudad, se funde con la vanguardia para retar al paisaje que es cuna de los viñedos que surten a la denominación de origen más internacional rivalizando en forma y colorido con la naturaleza que las inspira. El ejemplo más destacado de esta unión es el edificio que la imaginación
de Santiago Calatrava ha puesto al servicio de las bodegas Ysios.
de Santiago Calatrava ha puesto al servicio de las bodegas Ysios.Sin embargo, Laguardia tiene otros muchos productores de los que presumir, entre ellos, El fabulista, una de las bodegas subterráneas mejor conservadas de la villa y que debe su nombre a uno de sus hijos más ilustres, Félix María Samaniego.
Primicia, por su parte, honra en forma de botella al edificio civil más antiguo de la cuadrilla, lugar donde la iglesia recogía sus diezmos y primicias.La lista es larga, sólo hay que acercarse a la localidad para comprobarlo, sin embargo, mención especial merece el Centro Temático del Vino Villa Lucía, un lugar diseñado para contagiar el amor que la zona siente por sus caldos.
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